Aniversario

A 9 años del Time Warp, una tragedia que golpeó a Pilar

En la fiesta electrónica celebrada en Costa Salguero fallecieron cinco jóvenes, entre ellos Francisco Bertotti (21). Para su familia, el lugar era "una trampa mortal" debido al hacinamiento y el calor extremo.

15 de abril de 2025 - 18:16

Se cumplen 9 años de la tragedia de Time Warp, la fiesta electrónica realizada en Costa Salguero que terminó con cinco personas fallecidas y otras internadas en terapia intensiva en grave estado por el consumo de drogas de diseño. Una de las víctimas fue el pilarense Francisco Bertotti, quien tenía 21 años.

En la noche del 15 al 16 de abril de 2016 se llevó a cabo en el complejo de predios en Costa Salguero la fiesta electrónica Time Warp, una de las más esperadas por los jóvenes. Desde un comienzo comenzaron a notificarse diversas irregularidades. Espacio desbordado, dealers por todos lados y falta de agua en los baños.

Pese a las inconsistencias, la fiesta se desarrolló sin inconvenientes hasta que todo cambió cuando varios de los asistentes comenzaron a desvanecerse.

Dos de los jóvenes fallecieron dentro del boliche, otro en la ambulancia mientras era trasladado al hospital, mientras que las otras dos personas murieron en el centro de salud. Además, hubo asistentes que estuvieron internados en grave estado durante varios días y otros que fueron asistidos en el lugar.

Antes de que se dieran a conocer los resultados de las autopsias, el jefe del SAME, Alberto Crescenti, confirmó que las víctimas murieron en “forma fulminante" y que presentaban temperaturas corporales superiores a los 40 grados.

Las víctimas fueron identificadas como Nicolás Becerra (25 años), oriundo de Córdoba; Francisco Bertotti (21), de Pilar; Bruno Boni (20), de Berazategui; Andrés Valdez (23), de Entre Ríos; y Martín Bazzano (22 años), de Uruguay.

Las necropsias revelaron que las muertes se produjeron por edema pulmonar y paro cardiorrespiratorio y que las víctimas eran personas jóvenes sin enfermedades preexistentes.

A su vez, los exámenes toxicológicos confirmaron que en los cuerpos de algunas de las víctimas hallaron sustancias como MDMA (éxtasis), metanfetaminas y PMMA, conocida como Superman por el diseño estampado en las pastillas consumidas.

Para los fiscales Federico Delgado y el juez federal Sebastián Casanello, la fiesta fue organizada con el fin de vender drogas de esta índole y que los asistentes compren agua de manera “descontrolada”.

“Quien consume éxtasis necesita tomar agua, y las canillas habían sido cerradas, la única manera de hidratarse era comprando botellas, que iba aumentando de precio a medida que transcurría la noche”, explicaron.

Se comprobó además que la capacidad fue superior a la permitida de 13 mil personas. En dicha fiesta hubo más de 18 mil.

Muchos de los acusados en primera instancia fueron sobreseídos y en marzo de 2021 la jueza federal María Eugenia Capuchetti dio por concluida la investigación con 38 imputados e inició el trámite para elevar el caso a juicio oral y público, debate que todavía no empezó, ni tiene fecha de inicio.

Sin embargo, durante los siguientes años se prohibieron las fiestas electrónicas en la Ciudad, hasta que hace un tiempo se reactivaron, bajo controles estrictos para evitar otra tragedia de esta índole.

Dolor

En 2018, Mónica Domínguez, la madre de Francisco, afirmó que “ensucian el nombre de chicos, que hasta el día de hoy no se sabe con exactitud de qué murieron, ya que la Morgue Judicial -donde se realizan las pericias toxicológicas- está denunciada, entre otras causas, por la vergüenza con la que se vienen realizando las pericias, sin personal capacitado y sin la maquinaria necesaria”.

En comunicación con El Diario Domínguez explicó que “uno de los informes de mi hijo habla de una toxicidad en su cuerpo del 0,02%... Cualquiera de nosotros en este momento superaría esa cifra, y obviamente nadie puede morir por eso”.

En este sentido, la familia apuntó contra la organización y el personal que asistió a Francisco, según ellos, sin la mínima preparación necesaria, ya que le habría inyectado un antipsicótico.

“Mi hijo –señaló- estaba en un galpón donde la temperatura superaba los 42°C, en un lugar ‘preparado’ para 10.000 personas y está comprobado que había 20.000, no había ambulancias ni médicos. Cuando llegó a la carpa de auxilio, la persona que lo asistió sólo tenía un curso hecho y trabajaba en un neuropsiquiátrico, por eso le inyectó el antipsicótico”.

En este tema, agregó que “hay testigos que cuentan que no se podía caminar de la cantidad de gente que había, que para ir del escenario afuera se tardaban 2 horas, por eso y mucho más el lugar se convirtió en una trampa mortal”.

Y añadió: “Mienten también con los horarios, ya que Francisco se descompuso a las 4.30 y según ellos ingresa 6.30 a la carpa para ser asistido ¿Cuánto tiempo tirado descompuesto estuvo mi hijo hasta que alguien le dio una mano? No había agua, era una trampa mortal de la cual mi hijo no pudo escapar”.

(Fuentes: archivo El Diario / Noticias Argentinas)

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