Finalizada la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, se dio a conocer un singular proyecto enfocado en las nuevas formas de habitar el planeta.
Finalizada la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, se dio a conocer un singular proyecto enfocado en las nuevas formas de habitar el planeta.
La realización de la primera ‘Oceanix City’ se enmarca en una apuesta tripartita que busca contrarrestar algunos efectos del cambio climático. El gobierno de la ciudad de Busan, en Corea del Sur, la empresa estadounidense Oceanix, encargada del diseño de ciudades flotantes, y la propia ONU llegaron a un acuerdo para construir “el primer prototipo de ciudad flotante sostenible del mundo”.
Según sus promotores, dadas las alertas por el crecimiento del nivel del mar, en la actualidad se desarrollan todos los estudios pertinentes para hacer de esta una importante gesta medioambiental.
Se espera que para mediados de 2025 se construyan los primeros “barrios” del ambicioso proyecto que planea convertirse en el hogar de al menos 10 mil personas.
El proyecto modular utilizará una amplia gama de materiales y métodos sostenibles en un esfuerzo por fomentar un hábitat humano capaz de hacer frente a cualquier subida del nivel del mar. A continuación, explicamos en detalle lo que hace que este proyecto sea tan innovador.
Tres plataformas, tres propósitos
El diseño inicial de Oceanix Busan prevé tres plataformas interconectadas a tierra mediante puentes, cada una con una función distinta. Hay una Plataforma de Alojamiento, que ofrece habitaciones con amplias vistas al puerto, tiendas, restaurantes y otros espacios comunes. La Plataforma de Investigación cuenta con un espacio ajardinado con temperatura controlada, que incluye torres hidropónicas para cultivar los alimentos de la ciudad flotante. Por último, la Plataforma de Vivienda es el lugar donde residen y se reúnen los habitantes de tiempo completo.
La unidad más pequeña de la ciudad la compondrán barrios con una extensión de 2 hectáreas habitables para cerca de 300 personas.
Los edificios deberán ser de menos de 7 pisos. Así, dice la constructora, se logra “crear un centro de gravedad bajo y resistir el viento”.
Los barrios estarán congregados en aldeas (localidades, podría decirse) de al menos seis ejemplares. Alrededor de 1.650 habitantes podrán departir sin mayores inconvenientes.
Hay espacio para expandirse
El proyecto inicial de Oceanix prevé 6.3 hectáreas de plataforma con espacio para 10 mil personas. Pero al igual que está diseñado para subir con el nivel del mar, su huella, más bien modular, puede crecer hasta dar cabida a 100 mil personas en un total de 20 plataformas.
El Biorock es un material clave
Un material clave en las plataformas de Oceanix Busan —que estarán ancladas al lecho marino— es el Biorock que absorbe los minerales del agua de mar para formar de forma natural un revestimiento de piedra caliza que también se autosustenta y se autorrepara con el tiempo. También absorbe dióxido de carbono.
La sustentabilidad se une a la circularidad
La ciudad está diseñada para que nada se desperdicie. El proyecto empleará sistemas de circuito cerrado que (re)recogen, filtran y reutilizan el agua. Otros residuos se aprovecharán para utilizarlos como materia prima agrícola y formas de energía ecológicas.
La energía solar y eólica in situ también permitirá la autosuficiencia en materia de electricidad, aunque las plataformas están conectadas a la red eléctrica local como respaldo.
Nueva ciudad, nueva movilidad
Aunque la conexión a tierra firme permite acceder a una estación de metro terrestre, los residentes no se desplazarán por los andenes en coche o en tren. Además de desplazarse a pie o en bicicleta, Oceanix promete una "movilidad compartida y multimodal", que podría incluir algo parecido a los autobuses acuáticos.
No es el único proyecto flotante en marcha
Aunque el Oceanix Busan es llamativa e innovadora, no es más que una faceta de un esfuerzo global para preparar a las ciudades y países para el futuro a medida que el nivel del mar aumenta. En Rotterdam la empresa Powerhouse ha construido recientemente una oficina flotante. En las Maldivas, donde el aumento del nivel del mar supone una verdadera amenaza para la nación insular, la construcción de un proyecto de ciudad flotante comenzará este año.
Actualmente, Oceanix Busan se encuentra en la fase de obtención de permisos. Una vez que se haya tramitado, se espera que la construcción de este proyecto de 627 millones de dólares comience en 2023.
Según los estimados para mediados de 2025 estarían disponibles los primeros barrios de la ciudad disruptiva.
Teniendo en cuenta que la alianza se gestó con el gobierno de Busan, la idea es que los habitantes de esas ciudad sean quienes puedan desplazarse a la urbe flotante.