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Investigadores del CONICET descubrieron una nueva especie de dinosaurio en Río Negro

Además de los restos del dinosaurio, el equipo del CONICET encontró fósiles de moluscos, tortugas, peces, cocodrilos y reptiles voladores. Detalles.

Por Redacción Pilar a Diario 17 de marzo de 2025 - 07:50

Un equipo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) descubrió en Río Negro una gran diversidad de organismos que datan de hace 75 millones de años. La expedición se realizó a 30 kilómetros al suroeste de General Roca y se encontraron moluscos, peces, tortugas marinas, cocodrilos y una nueva especie de dinosaurio herbívoro que denominaron Chadititan calvoi, término que lo describe como "Titán de la Sal".

Así lo informó el Conicet en un comunicado, donde destacó que la expedición fue posible gracias a financiación de la National Geographic Society. Participaron investigadores de distintas instituciones y disciplinas, entre ellas de la Universidad de Uruguay, y se encontró "un tesoro de 432 fósiles pertenecientes a más de cien grupos de animales".

Así era el Chadititan Calvoi. (National Geographic)..png

CHADITITAN CALVOI: UN PEQUEÑO TITÁN HERBÍVORO

Chadititan es una especie de dinosaurio herbívoro de cuello largo, perteneciente al grupo de los saurópodos titanosaurios. Dentro de este grupo es una especie relativamente pequeña que no supera los 10 metros de longitud, mientras que los ejemplares jóvenes recientemente descubiertos no alcanzan los 3 metros de largo.

Chadititanestaba emparentado con titanosaurios relativamente pequeños como Rinconsaurus y Pitekunsaurus, dentro de un pequeño grupo conocido como rinconsaurios. "Todos ellos tenían un aspecto particular: cuello relativamente grueso que culminaba en un pecho amplio. Caderas expandidas y miembros relativamente gráciles, y la cola que en su base estaba fuertemente curvada hacia abajo, una condición muy rara compartida con pocos dinosaurios", explicó Federico Agnolín, investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y en la Fundación Félix de Azara.

Todos los rinconsaurios, al igual que Chadititan, vivieron en un lapso relativamente corto que abarcó entre aproximadamente los 80 y 70 millones de años antes del presente, y se extinguieron varios millones de años antes de la caída del meteorito que impactó en la tierra hace unos 65 millones de años.

Según National Geographic, de los más de 400 registros fósiles encontrados, cerca de 20 pertenecen a Chadititan calvoi. "Chadi" significa "sal" en la lengua mapudungun hablada por los aborígenes de la zona y hace referencia al lugar de excavación, situado en los márgenes del Salitral Moreno.

El nombre completo del género se traduce como “Titán de la Sal”. La especie calvoi es un homenaje al fallecido paleontólogo argentino Jorge Calvo, que describió varios titanosaurios y acuñó el clado Rinconsauria, al que pertenece la nueva especie.

Los restos recuperados del dinosaurio en Río Negro. (conicet.gov.av)..png

UN ANTIGUO ABREVADERO

Aunque los investigadores conocían la formación rocosa de Anacleto donde se descubrieron los fósiles desde hacía décadas, nunca se había producido un hallazgo con tanta diversidad en un solo lugar del norte de la Patagonia, afirma el coautor Diego Pol, paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires y National Geographic Explorer. Los hallazgos sobre el nuevo titanosaurio y el yacimiento se han publicado en la Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

El yacimiento es tan rico porque probablemente fue un oasis en medio del duro entorno de la Patagonia argentina a finales del Cretácico. En aquella época, las temperaturas eran entre 5 y 10 centígrados superiores a las actuales, y los focos de biodiversidad se concentraban en latitudes más altas, ya que las regiones tropicales eran demasiado calurosas para la mayoría de las especies. “Se trata de un entorno muy particular, con depósitos de dunas de arena intercalados con pequeños lagos, y al igual que vemos hoy en lugares áridos, el agua concentra la biodiversidad”, afirma Pol.

Otros de los hallazgos más destacados fueron cientos de placas de caparazón de tortugas de agua dulce, que representan más del 90 por ciento de los restos recuperados. Entre los restos fueron encontrados los de una especie de gran tamaño conocida como Yaminuechelys, cuyo caparazón alcanzaba una longitud de 80 centímetros de largo. También descubrieron numerosos restos de peces pertenecientes a grupos que no suelen encontrarse en la zona, particularmente pejelagartos (científicamente conocidos como familia Lepisosteidae) y peces pulmonados de la especie Metaceratodus kaopen.

Los fósiles encontrados han permitido demostrar la existencia de cocodrilos y reptiles voladores en esta zona, aunque los fragmentos están tan incompletos que se desconoce en detalle a qué especies pertenecieron.

Entre esta nueva fauna se registraron unas 6 especies de moluscos. La más sobresaliente es nueva y aún no tiene nombre, pero su pariente más cercano se llama Aperostoma inca y se encuentra únicamente en las selvas nubladas del norte argentino, a más de 2000 kilómetros de distancia.

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