Países como Perú, Bolivia, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y Estados Unidos son los que suelen replicar esta festividad. Incluso en el Noroeste Argentino (NOA) se repiten estos rituales de celebración.
En esta celebración se pueden encontrar los famosos altares coloridos, llenos de flores, ofrendas, pan de muerto, fruta, papel picado, juguetes, comida, bebida y fotos de los difuntos. En estos altares se llevan a cabo oraciones, rezos e incluso muchas personas tocan la música favorita de aquellas personas fallecidas.
En México es muy común observar cementerios abiertos durante la noche, con las visitas de los familiares de los difuntos, que llevan elementos musicales y provisiones para rendir tributo a sus seres queridos. Las velas son un elemento icónico en esta festividad, ya que se cree que ayudan a aquellas almas a ver con claridad el camino de vuelta a sus casas.
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El Día de los Muertos en México. (amorfm.mx).
- EL ORIGEN DEL DÍA DE LOS MUERTOS
El Día de los Muertos es el producto de la combinación de celebraciones católicas y costumbres indígenas. Durante la época prehispánica, el pueblo de Teotihuacán rendía homenajes a los difuntos en grandes rituales. Se creía que la muerte era una etapa más del ser, por lo cual era necesario celebrarla. Creían que cuando una persona fallecía, comenzaba un viaje hacia Mitclán, el inframundo de la antigua religión mexicana. Este sitio no era visto como un lugar negativo ni correspondiente al paraíso o el infierno, como sucede en el cristianismo.
Con la llegada de los españoles durante el siglo XVI se produjo un choque entre las culturas, y con el tiempo esta festividad se unificó con el Día de Todos los Santos, una solemnidad cristiana llevada a cabo cada 1 de noviembre. Es así, que las Iglesias Cristianas Ortodoxas Occidentales, la Unión de Utrecht, la Comunión de Porvoo, la Comunión anglicana y la Iglesia Católica, acordaron conmemorar el Día de los Muertos al día siguiente.
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Ofrenda y altar del Día de los Muertos. (méxicodesconocido.com.mx).
. ALTARES: son el elemento protagonista de esta festividad y pueden realizarse en cementerios o en el hogar. Cuentan con fotografías de los seres queridos a los que se desea recordar, ofrendas, flores, comida y velas. Se trata de aquel sitio donde los difuntos podrán dirigirse para visitar a sus seres queridos, por lo que son coloridos para llamar su atención.
. COMIDA: muchas familias se reúnen para celebrar esta noche, mientras que otras colocan ciertos platos en los altares para honrar a quienes no están. Uno de los más populares es el Pan de Muerto, una preparación muy popular durante esta época. Tamales, mole y frutas de temporada son otras de las opciones.
. CATRINA: es el personaje más importante de esta temporada, que consiste en una fusión entre una mujer y una calavera, que visten ropa tradicional de la época prehispánica. Algunas llevan flores en la cabeza, mientras que otras, sombreros típicos de la cultura mexicana.
. COPAL: es una resina que se utiliza para aromatizar los altares, de manera que su humo pueda llamar la atención de los difuntos. En la cultura mexicana se lo considera como una fragancia de reverencia, que libra los espacios de los malos espíritus.
. FLORES: cumplen una doble función, ya que son utilizadas para honrar a los seres fallecidos y también para señalar el camino hacia los altares. Muchos hogares colocan pétalos de flores en la puerta de entrada y crean un trayecto hacia el interior. Una de las especies más populares es el cempasúchil, conocida por su color amarillo brillante.
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Día de las Almas en Jujuy. (Medium).
- EL DÍA DE LOS MUERTOS EN LA ARGENTINA. DÍA DE LAS ALMAS.
En nuestro país el Día de los Muertos toma gran relevancia en el Noroeste Argentino. Provincias como Jujuy y Salta celebran este día refiriéndose también como el Día de las Almas. Muchas de sus tradiciones coinciden con las llevadas a cabo en México.
Cada 2 de noviembre, en el noroeste de Argentina, se produce un evento tan especial como misterioso: un día en el que los muertos regresan, invitados por sus familias con banquetes suntuosos. Sin embargo, su llegada es silenciosa y apenas unos pocos afirman percibir su presencia. En esta región, la muerte no se manifiesta únicamente como el destino final impuesto por el curso natural de la existencia. Más bien, es un ente que llora su fracaso, permaneciendo entre nosotros.
Los pueblos andinos tienen la creencia de que la muerte es parte de la vida: cuando una persona fallece, la relación entre el cuerpo y el alma se modifica, no termina. El objetivo de los rituales es que las almas de los muertos no cometan travesuras ni vaguen sin rumbo por el mundo de los vivos. Se trata de un ejercicio de la identidad cultural y de reconocimiento de la preexistencia porque es una forma de recordar, no solo a los antepasados, sino también a toda la comunidad.
Cada familia visita la tumba de sus seres queridos y arman altares para recordarlos y festejarlos. Los cementerios reciben las visitas de los seres queridos de los difuntos. Las anécdotas y la música están presentes y marcan el clima de la jornada.
El objetivo de esta celebración se basa en agasajar a aquellas personas fallecidas. Muchas casas son adornadas con figuras de los objetos queridos por los difuntos, realizadas con masa de pan. Asimismo, se presenta la comida y bebida favorita de las almas que visitan estos altares, junto con una escalera con el fin de “acercarlas al cielo”.
Una de las costumbres más ancestrales es la de preparar "la mesa para las almitas”. Este ritual consiste en tender una mesa con comida y bebidas “que le gustaban en vida a cada uno de los difuntos”. La mesa se dispone el 1 de noviembre, se colocan las comidas, se la deja durante toda la noche y es ahí cuando “las almitas bajan a alimentarse”. Depende el lugar, la comida se regala, se entierra o sirve de alimento para los integrantes de la familia.
Las flores de papel son una característica particular de esta celebración en el Noroeste Argentino. Se las puede encontrar en la puerta de las casas, en pequeños altares en las veredas o en las lápidas de los cementerios. Esto se puede observar todos los años en el cementerio de Cachi, Salta y en el de Maimará, Jujuy.
Como en México, los cementerios reciben las visitas de los seres queridos de los difuntos. Se realiza una puesta en escena de distintos altares u ofrendas para aquellas personas fallecidas. El clima de celebración es motivado con la música instrumental de los visitantes, junto con el homenaje y agradecimiento a través de las anécdotas que se relatan.
La Pachamama es una figura elemental en los pueblos del Norte de la Argentina, por lo que en esta celebración se le rinde tributo con altares formados con piedras.
Aya Marq'ay Killa, es el nombre en Aymara de esta celebración y significa mes de los difuntos. Pertenece al calendario agrario ritual y junto con el culto a la Pachamama, es una de las prácticas más importantes de la región.
Otros conceptos importantes a la hora de comprender esta festividad son:
- Qamasa: fuerza vital, esencia, espíritu que da vida y que vive eternamente. No muere, se transforma, va y viene.
- Kai Pacha: el mundo del aquí y ahora, donde habitan los cuerpos humanos.
- Alax Pacha: el mundo de arriba, donde están las deidades celestiales. La dimensión a la que accede el alma cuando deja el cuerpo.
¿LO SABÍAS?
¡UNA TRADICION VIVA PARA CELEBRAR!