El delantero palpita el duelo que la Tercera División de Real Pilar jugará este jueves ante Luján. “Nada es imposible de alcanzar”, tiró el jugador de 21 años sobre la chance directa de pelear el título.
"Hicimos un campeonato muy bueno", expresó Jiménez sobre la actuación de la reserva.
Federico Jiménez como sus compañeros de la Tercera División de Real Pilar empezará este jueves el camino de alcanzar la gloria en el Campeonato C de AFA. “Nada es imposible de alcanzar, el equipo siempre quiere ir por más”, tiró el delantero de 21 años en la previa al choque de cuartos de final ante Luján. El encuentro se disputará el jueves a las 11 en el estadio “Carlos Barraza”.
“La verdad que hicimos un campeonato muy bueno, estamos muy comprometidos con mis compañeros y cuerpo técnico dando el 100% en cada entrenamiento y partido. Ahora a esperar tener un gran partido ante Luján”, expresó Jiménez.
Claro que el delantero espera recibir el okey del técnico Mickael Acosta para ser titular. Y sino esperar en el banco de suplentes para dar el salto al campo de juego. En la última fecha, Jiménez entró en el final y convirtió 2 tantos para redondear el 6-1 sobre Sportivo Barracas. “Me tocó estar en el banco, pero la verdad que fue una felicidad muy grande entrar y convertir 2 goles. Siempre es bueno aportar al equipo. Ya había anotado contra Luján”, dijo entusiasmado.
Fede, que vive en Derqui, desembarcó en el Monarca desde 2018, club comenzaba a dar sus primeros pasos con las inferiores. Arrancó en fútbol 11 en Monterrey, y luego tuvo pasos por Estudiantes de Buenos Aires y Fénix. “Soy delantero y también puedo jugar tanto como de extremo o volante”, destaca su rendimiento y se describe como un “jugador rápido, con llegada de gol y buena pegada”. “Mis técnicos me piden que me juegue el mano a mano, tire centro o que le pegué al arco”, expresó.
Federico nació sin su brazo izquierdo, pero eso no fue impedimento para hacer el deporte que tanto ama. La importancia que tuvo en su vida practicar un deporte le permitió superar barreras y sus condiciones futbolísticas naturales le posibilitaron ser aceptado, querido y valorado.
Acosta, su técnico en la reserva, lo describió como un jugador que “tiene mucho optimismo para estar siempre cerca de la jugada, para generar algún peligro de gol. Se crea las jugadas tirando diagonales y siempre aportando al equipo. Más allá de su condición física está predispuesto a sacrificarse por cada pelota y así poder convertir goles, siendo extremo o media punta”.
“Lo mejor que tiene son las ganas de no abandonar nunca, es un ejemplo para todos por la superación de cada obstáculo que se le presenta. Soy un agradecido de tenerlo en el equipo porque uno tiene que enseñar y formar jugadores, y él también me enseña y forma como técnico”, resaltó Mickael.