Tras una inversión que supera los 10 millones de dólares, avanzan las obras para la construcción de la planta de la fábrica de chocolates Rapanui en Pilar desde donde se elaborarán sus famosas frambuesas congeladas Franui -desarrollo estrella de la marca-, y desde donde se lanzarán entre siete y ocho nuevos productos.
En una entrevista concedida A24, el creador y dueño de la empresa, Diego Fenoglio, confirmó que en la planta que funcionará en el kilómetro 66 de la autopista Pilar Pergamino, a metros del peaje de la Ruta 6, se producirán 1.000 kilos de chocolate por hora.
Está previsto que para su funcionamiento se incorporen 300 trabajadores (100 por turno), que se sumarán a los 1.300 que ya tiene la compañía, fundada en 1996. A su vez, la marca tiene una fábrica en Valencia (España) desde donde se abastece al mercado europeo y asiático. Y recientemente la empresa adquirió 140 hectáreas en Trevelin (Chubut) para cultivar sus propias frambuesas. "Siempre fuimos de cerrar todos los círculos", explicó el empresario.
En cuanto a la decisión de trasladar parte de su producción a Pilar, Fenoglio explicó que desde Bariloche -donde funciona la planta original- "la logística de frío nos esta costando muchísimo". Está previsto que la nueva fábrica abastezca al mercado interno, a América Latina y a Estados Unidos desde se desarrollarán "7 u 8 productos nuevos", adelantó el CEO.
Ya en 2021 en una entrevista con la revista Forbes había adelantado que la futura planta está ubicada en "un lugar lindísimo al lado de un arroyo, no dentro de un parque industrial".
Para su desarrollo, en 2023 la empresa accedió a una financiación por parte del Banco Argentino de Desarrollo (BICE) para adquirir una máquina proveniente de Suiza que le permitirá sumar una línea completa de elaboración de chocolates.
Expansión
El propósito de la compañía es triplicar la producción una vez finalizada la nueva planta, además de abrir otras 20 sucursales en los próximos años. La apertura de la planta en Pilar es parte de ese plan de crecimiento.
Además, el distrito también se encuentra en el radar de la empresa para abrir un negocio de venta al público. En la actualidad, Rapanui cuenta con 14 locales en la Argentina. A su vez, exporta sus productos a Chile, Brasil, Ecuador, Perú, México, Colombia y Uruguay. En 2020 decidió expandirse al viejo continente a través de la apertura de una planta productora en Valencia (España) que demandó una inversión de 3,5 millones de euros.
En este caso, la producción se centra únicamente en Franui, que se comercializan en España, Portugal, Italia, Alemania, Reino Unido, Islandia, Grecia, Marruecos, Moldavia, Arabia Saudita, Dubai, Israel, Rumania, Suiza, país sinónimo del chocolate, y Francia. El producto estrella de la marca también arribó a Estados Unidos y Canadá.
Empresa familiar
La firma es propiedad de Diego Fenoglio, el "Willy Wonca argentino", hijo de Aldo, un inmigrante italiano que se instaló en Bariloche en 1947, luego de administrar una bombonería en su Turín natal. Junto a su esposa Inés fundaron en la ciudad rionegrense la confitería chocolatería "Tronador", la primera de la Patagonia.
En 1970 Aldo murió repentinamente de un infarto y la empresa, que para entonces ya se llamaba Fenoglio, quedó en manos de su esposa y de sus tres hijos, Diego, Laura y Bruno, que falleció a sus 33 años.
En 1996, por diferencias familiares acerca del rumbo que debía tomar la compañía, Diego decidió fundar su propia fábrica de chocolate, denominada Rapanui en honor al nombre de la casa de su infancia que todavía sigue conservando en Bariloche. En ella trabajan sus hijos Aldo, Julián y Leticia, CEO de la firma en España.
El primer local Rapanui se abrió sobre la calle Mitre en el centro de la ciudad de San Carlos de Bariloche y en 2011 la erupción del volcán Puyehue -que impidió el desarrollo del turismo en la zona- la familia decidió desembarcar en Buenos Aires, con su primer local en la esquina de Arenales y Azcuénaga, pleno barrio de Recoleta. De la mano de esta expansión llegó la incorporación de los helados, a propósito de la necesidad de ofrecer un producto acorde a las altas temperaturas del verano porteño.
En cuanto al origen de los productos, todos los chocolates son elaborados en la planta de Bariloche y los helados en cada sucursal y en el día. En el Mercado Central Rapanui cuenta con una planta procesadora de pulpa y cada mañana se eligen allí las mejores frutas, se procesan y se envían a cada uno de los locales.
En tanto que la empresa Fenoglio continuó en manos de su madre y de su hermana hasta que en el año 2000, cuando tras una importante crisis que la llevó a una convocatoria de acreedores, la empresa Havanna terminó por comprarla.
Por su parte, Rapanui logró consolidarse en el mercado local primero a través de los chocolates y luego con la incorporación de los helados, y luego expandirse fronteras afuera. Reacio a franquiciar el negocio, cada sucursal que funciona en el país es administrada por la empresa, es decir por la familia.
"Tenemos integrada toda la cadena de valor -explicaba Diego Fenoglio a Forbes en 2021- , desde la materia prima hasta el consumidor, por eso el precio es competitivo: un chocolate de kiosco es más caro que un bombón nuestro. Si tuviese que tener que un franquiciado, tendría que aumentar el precio al público un 10%. Nuestros clientes son fieles porque la relación precio/calidad que tenemos es excelente".